Los niños con edades entre los 4 y 6 años que tienen una mala alimentación pueden presentar bajos niveles de atención, en comparación con aquellos que son alimentados de manera saludable. Más de la mitad de los pequeños con estas edades demostraron déficit de atención, lo cual podría merecer una urgente intervención psicológica.
Estas son algunas de las conclusiones a las que llegó un grupo de expertos que realizó un estudio con un total de 1.101 niños de 3 a 6 años, que pertenecen a siete escuelas de Madrid. La investigación ha sido coordinada por Luis Ros, jefe de la unidad de Gastroenterología y Nutrición Infantil del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, que hace la publicación The Open Nutrition Journal.
El experto ha explicado que, según la evidencia científica extraída de esta evaluación, existe una relación estrecha entre la malnutrición y un déficit del desarrollo cognitivo. De hecho, “en niños de países desarrollados hay un vínculo entre los malos hábitos alimentarios y un pobre rendimiento escolar”, ha agregado.
Para la realización del estudio, los niños fueron divididos en dos grupos: los llamados “mal comedores” y los que comían de forma sana con una dieta equilibrada. En cuanto a los primeros, fueron definidos como los que ingerían menos de un 65% de las cantidades diarias de alimentos.
Ros ha explicado que uno de los aspectos que influye en tener unos malos hábitos alimentarios es la tendencia de los pequeños a no disfrutar de las diferentes comidas, es decir son demasiado quisquillosos a la hora de alimentarse. “No disfrutan de probar nuevas alternativas y es posible que rechacen la opción de comerlos sin haberlos degustado”, ha señalado.
Los científicos han advertido que esta situación puede traer consecuencias a corto plazo, por las deficiencias nutricionales; como a largo plazo, con una bajo rendimiento cognitivo que altera sus capacidades generales.