Una gran cantidad de mujeres sueña con tener implantes mamarios para mejorar el aspecto de sus senos; mientras que otras prefieren quitárselos y no volver a tenerlos nunca más. Evidentemente, dos escenarios que contrastan y el segundo parece imposible de creer. Aun así es una opción que está contemplada dentro del mundo de la cirugía y se llama extracción de prótesis mamarias.
Ahora bien, ¿por qué una dama decide pedirle a su cirujano que se los quite? Existen varias razones por las que esa decisión se vuelve un hecho irrevocable, por ejemplo:
- Complicaciones con los implantes: en algunas ocasiones, ocurren contracturas capsulares severas, extrusión del implante que no fueron tratados correctamente o infecciones postoperatorias. Para evitar que sucedan estos malos episodios debes buscar a un verdadero profesional, que esté apoyado por el mejor equipo médico y tecnológico.
Por supuesto, la aparición de estos inconvenientes no limita las posibilidades de hacer un recambio o corrección por cirugía.
- Resultado estético que resulta insatisfactorio: a veces, las pacientes no quedan contentas con la operación porque no obtuvieron el efecto deseado. Por ejemplo, implantes desproporcionado con el resto del cuerpo o colocados incorrectamente. La mejor forma de evitar esta opción es hablar con el médico con anticipación, pedir imágenes de muestra, pruebas de volumen o simulaciones 3D.
- Transformaciones en la percepción propia: no se adapta a la sensación de tener algo extraño en el cuerpo o no se sienten como ellas mismas. También es posible que sus gustos estéticos cambien con el tiempo y no correspondan con sus expectativas, tenga cambios en la propia percepción de la imagen, entre otros.
- Rechazo a nivel psicológico: es normal que las pacientes se sometan a la mamoplastia con una expectativa poco realista y después no están felices con el resultado. Esta incomodidad puede ser por la idea de tener algo dentro de su organismo que no le pertenece y, en otros casos surge una disconformidad con su imagen corporal, que podría estar sujeta a un trastorno del comportamiento.
- No estar interesada en hacer el recambio de las prótesis anteriores o con defectos: algunas poseen implantes de menor calidad que los actuales y deben retirarlos por seguridad, pero no lo hacen. Esto se repite con las mujeres que portan implantes defectuosos (como el caso de las PIP) y deciden quitárselos sin optar por otros.
La cirugía de extracción del implante mamario
El cirujano sugiere una serie de exámenes previos para evaluar la salud de la paciente. Una vez que entra al quirófano, procede a hacer una incisión y disección del tejido para retirar el material. En cuanto a la cápsula que rodea la prótesis es posible sustituirla o no, dependiendo de su grosor y características generales de la mama.
En muchas ocasiones, estos elementos causan un estiramiento de la piel y una atrofia leve en la glándula mamaria, en especial con prótesis grandes. En consecuencia, el efecto de la explantación podría ser igual al momento de la lactancia, es decir, unos senos caídos. Seguramente, necesitará de procedimientos adicionales para corregirlo.
Si la prótesis está rota, hay que hacer una explantación con limpieza de toda la sustancia que la rellena. Las roturas pueden ser intracapsulares (la cápsula se rompe, pero no la que genera el organismo); o extracapsular (tanto la superficie del implante, como lo que genera el cuerpo se dañan).
Postoperatorio y recuperación
Por lo general, los expertos realizan un tratamiento basado en masajes linfáticos, ultrasonidos y aplicación de Indiba (radiofrecuencia). De esta forma, se logra reducir las molestias y ayuda a conseguir una rápida recuperación.
Las mujeres sometidas a este proceso no deberían hacer actividades físicas o esfuerzos hasta que haya pasado el primer mes. Al tercero o cuarto día, ya puede reincorporarse a su rutina de vida diaria, pero sin hacer movimientos bruscos.
En líneas generales, la extracción de implantes mamarios no es dolorosa, ni genera complicaciones.
