La celulitis es uno de los problemas estéticos que más preocupa a la población femenina. Hasta ahora, han surgido cientos de productos y tratamientos que prometen la eliminación absoluta de la famosa piel de naranja, pero nada como el poder de un drenaje linfático manual para combatir este inconveniente.
El origen de esta inflamación que afecta el tejido celular que está debajo de la epidermis está en el mal funcionamiento del sistema linfático y una circulación sanguínea deficiente. Por esta razón, la aplicación de esta técnica es ampliamente recomendada, ya que estimula el trabajo de estas células y mejora el aspecto de la superficie.
¿Cómo actúa el drenaje linfático sobre la celulitis?
Con la ejecución de movimientos suaves y precisos, el drenaje linfático consigue aflojar el tejido adiposo que se encuentran en el tejido subcutáneo. Posteriormente, es evacuado de forma natural por el cuerpo, haciendo que las zonas se vean suaves, tersas y lisas.
Además de conseguir excelentes resultados en estos casos, actúa como un gran aliado de otros procedimientos médicos, como después de una ultracavitación o previo a un masaje Cyriax. En cualquier escenario, los resultados son visibles desde la primera sesión, incrementando la diuresis (número de veces que drenamos líquido a través de la orina) y reactivando la circulación.
Lo que debes considerar antes de recibir un drenaje linfático
Antes que nada, evalúa con el médico de confianza cuáles serán los beneficios que recibirás. En el caso de la celulitis, es importante que el experto realice una evaluación previa del tipo de celulitis que padeces, con el fin de determinar la cantidad aproximada de sesiones que debería recibir.
Hoy en día, es considerada como una técnica infalible en la lucha contra la celulitis. Por este motivo, trata de conseguir a un buen especialista que pueda proporcionarte las ventajas de este procedimiento y verás los cambios en tu vida.